Comunidad: Andalucía |
Provincia: Córdoba
Municipio: Espiel |
Localidad: Vacar (El)
Dirección: Junto a la carretera Nacional 432
Código: CO-CAS-002
Monumentos arqueológicos: Zonas y áreas con restos antiguos, como herramientas, cerámicas, construcciones, fósiles.
Monumentos militares: Castillos y fortalezas medievales con funciones militares y residenciales.
Fortificación califal, posiblemente de tiempos de al-Hakam II, conquistada por Fernando III y posteriormente utilizada en la Guerra de la Independencia.
El Castillo de El Vacar se alza sobre un cerro al lado de la población del mismo nombre, en el término municipal de Espiel, provincia de Córdoba. Desde la cima donde se encuentra el castillo se puede contemplar un hermoso paisaje dominado por la sierra, bañada por el río Guadiato y el pantano de Puente Nuevo.
Se puede llegar a él por la carretera Nacional 432, que une Granada y Badajoz. Un estrecho camino que sale a la izquierda de la carretera (en sentido Badajoz), en frente de una gasolinera, lleva a lo alto del cerro donde se encuentran los restos del castillo.
El castillo de El Vacar, también conocido como Dar-al-Baqar, tiene un origen incierto, aunque su construcción se atribuye al periodo califal, posiblemente durante el reinado de al-Hakam II. Su ubicación estratégica permitía el control del paso entre Córdoba y Badajoz en la Ruta de la Plata, lo que lo convirtió en un punto clave dentro del sistema defensivo andalusí.
Los diversos nombres con los que se conoce esta fortificación han dado lugar a múltiples interpretaciones sobre su origen. Pascual Madoz lo menciona en su "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico" con denominaciones como Acbat-Albacar o Acabatalbazar, señalando su proximidad a Córdoba y su importancia como enclave fortificado en el camino de Toledo.
Algunos historiadores han identificado la zona con la antigua mansión romana de Melloría, situada en la vía Corduba-Emerita Augusta. En los alrededores se han hallado fragmentos de cerámica ibérica y sigillata altoimperial, lo que sugiere que la ocupación del cerro donde se erige el castillo de El Vacar podría remontarse a época romana.
Durante el siglo XIII, en el contexto de la Reconquista, Fernando III el Santo tomó la fortaleza y la cedió a la ciudad de Córdoba. Aunque fue un punto estratégico de control, la ausencia de un aljibe y de una torre del homenaje indica que no fue concebida como una fortaleza de ocupación permanente.
En el siglo XIX, el castillo volvió a tener relevancia militar durante la invasión napoleónica, cuando se realizaron modificaciones en su estructura, incluyendo la apertura de troneras en sus muros para la instalación de artillería. También se menciona su uso en combates en época almorávide y posiblemente en la Guerra de la Independencia, aunque la falta de excavaciones arqueológicas impide conocer con precisión todas las etapas de su historia.
El castillo de El Vacar presenta una planta cuadrangular con dimensiones aproximadas de 65 x 59,5 x 50,1 x 49,5 metros. Sus muros, de un grosor medio de 1,7 metros, fueron construidos mediante cajas de tapial de hormigón de cal, con refuerzos de grava y fragmentos cerámicos.
La fortificación cuenta con cuatro torres en las esquinas y cuatro torres intermedias, aunque ninguna de ellas parece haber cumplido la función de torre del homenaje. En el muro norte hay cuatro troneras, y en los muros este y oeste se encuentran troneras adicionales, abiertas durante la invasión francesa del siglo XIX para permitir la instalación de artillería.
La entrada principal del castillo se encontraba en el extremo sur del muro oeste. En la actualidad, sólo quedan restos de las jambas de acceso. Los paramentos exteriores estaban enlucidos con mortero de cal y pintados de ocre, con franjas blancas que simulaban sillares, una técnica arquitectónica propia del periodo califal. La estructura conserva huellas de una posible escalera o rampa de acceso al adarve en la zona sur, destinada a la defensa rápida en caso de ataque.
Los muros fueron construidos con el método de tapial, mediante la superposición de tongadas compactadas en encofrados de madera, alcanzando una altura conservada de aproximadamente 5,5 metros en el exterior y 3,5 metros en el interior. Las torres, al proyectarse hacia el exterior, se elevaron sobre zarpas escalonadas, especialmente en la torre del ángulo sureste, que requería mayor estabilidad por estar sobre un terreno inclinado.
Actualmente, sólo se conservan los muros perimetrales y restos desmochados de las torres. La fortaleza se encuentra en estado de abandono y su espacio interior se emplea como redil de ovejas.
Inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) bajo la tipología de Monumento, publicado en el BOE el 29 de junio de 1985, número 155.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).