Situado sobre un promontorio rodeado por dos ríos que le servían de foso natural, y en una esquina de la muralla de la localidad, cuenta con una enorme y esbelta torre de 37 metros de altura que recuerda a la del castillo de la Mota (Medina del Campo), rematada con garitas voladas muy características del siglo XV. Cerca de la torre quedan vestigios de habitaciones y de una primera puerta en arco redondo, al parecer todo ello obra del siglo XV.
El Castillo de Monleón se alza sobre un promontorio, rodeado por dos ríos que le servían de foso natural, situado en una esquina de la muralla de la localidad del mismo nombre, en la provincia de Salamanca, a unos 50 kilómetros de Salamanca y cerca de la frontera con Portugal.
La villa de Monleón fue fundada sobre un teso aislado en campo abierto, al final de la sierra de Linares y cerca del río Alagón. Sus orígenes parecen ser muy antiguos, a juzgar por la escultura del toro que aparece junto a la puerta de la villa.
El castillo fue construido en el siglo XV sobre un castillo anterior. Se tienen noticias, a través de documentación escrita, sobre diversas vicisitudes por las que atravesó el castillo de Monleón desde finales del siglo XII, cuando Alfonso XI lo dona a doña Berenguela en el año 1199. En el año 1475 el castillo resistió un asedio portugués, sublevándose posteriormente hasta el año 1477, en que fue rendido al Rey Católico no sin ofrecer una notable resistencia, defendido por la mujer de su alcaide, don Rodrigo Maldonado, quien no lo entregó sino a cambio de la vida de éste, gravemente amenazada por sus desafueros y violencias.
Ante sus muros tuvieron lugar acciones bélicas durante la guerra de sucesión originada por la proclamación de Isabel como reina de Castilla.
El castillo posee una enorme y esbelta torre de 37 metros de altura que recuerda a la del castillo de la Mota en Medina del Campo, rematada con redondas garitas voladas muy características del siglo XV. Dentro forma una vasta estancia con bóveda de cañón sobre impostas de nacela, y por debajo de ella, grabado sobre la argamasa, una ancha cenefa de adornos que parecen del siglo XVI. La escalera arranca de muy alto. Encima pisa otra estancia semejante abovedada, y más arriba, dos pisos aún con suelos de madera, hoy caídos. Cerca de esta torre quedan vestigios de habitaciones y de una primera puerta en arco redondo, al parecer todo ello obra del siglo XV.
La torre está construida en granito.
En la actualidad la torre del homenaje ha sido restaurada, y reconstruidas algunas de las posibles dependencias anejas. El conjunto ofrece parte de la presencia que tuviera en la época, gracias a su actual propietario.
Es de propiedad particular, y se usa como vivienda.
Puede visitarse el exterior.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 07/12/2021
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