Castillo de Clariana de Cardener en Clariana de Cardener, Lérida/Lleida

Situación

El Castillo de Clariana de Cardener se encuentra sobre un cerro en las afueras de la localidad del mismo nombre, en la comarca del Solsonés de la provincia de Lérida.

Se puede acceder a lo alto del cerro por un camino que sale junto al cementerio de Clariana, en 10-15 minutos andando cuesta arriba.

Historia

A comienzos del siglo IX, un siglo después de la llegada de los musulmanes a la península Ibérica, y tras largos años de luchas y enfrentamientos, se constituyó la llamada Marca Hispánica, una zona fronteriza entre los musulmanes del emirato de Córdoba y los cristianos del reino franco. Las tierras catalanas pasaron a formar parte de este territorio de frontera, y organizadas por el imperio Carolingio en condados gobernados por condes.

Para garantizar su frontera meridional frente a los musulmanes, los condados catalanes construyeron entre los siglos IX y XI, y reaprovecharon otros musulmanes, una amplia red de castillos, atalayas y torres de defensa por toda la Marca, fortificando con más de cien castillos un territorio muy extenso que se extendía desde Barcelona hasta el Pallars, en tierras de Lérida. Así nacerían los castillos de frontera catalanes. La Marca quedó estabilizada durante tres siglos en torno al Llobregat, Cardener y la sierra del Montsec. A mediados del siglo XI, con la disgregación del Califato de Córdoba en los diferentes reinos de taifas, los condados catalanes pasaron a ser territorios de avanzada y conquistadores.

Los castillos de la Marca se emplazaban casi siempre en lugares fuertemente estratégicos, sobre cerros que dominaban extensos territorios, controlando los caminos a las principales poblaciones, situados en medio de los valles que daban a las ciudades o pueblos, dominando las poblaciones o el curso de los ríos de la frontera. Contaban siempre con fortificaciones cercanas complementarias que se apoyaban entre sí, constituyendo un eficaz sistema defensivo del territorio catalán en la Edad Media. Actualmente se conservan un gran numero de ellos, muchos en ruinas y otros muy transformados, aunque otros muchos han desaparecido.

La mayoría de las fortificaciones estaban comunicadas entre sí de un modo u otro, o bien visualmente, o mediante señales de humo o fuego, para alertar de posibles ataques o incursiones sarracenas. Más adelante, cumplirían doble función, además de la defensiva. Desde la extensa red de fortificaciones levantadas en las tierras de la llamada Cataluña la Vieja, se intentaría reconquistar nuevos territorios a los musulmanes.

El dominio musulmán de la zona de la actual comarca catalana del Solsonés fue relativamente breve. Desde entrado el siglo IX sus tierras, situadas prácticamente en la frontera cristiana de la Marca Hispánica con territorios de la Marca Superior andalusí, fueron disputadas por sarracenos y cristianos durante un tiempo. Se trataba de una peligrosa zona fronteriza. No tardaron en proliferar castillos y torres de defensa por toda la comarca.

El castillo de Clariana de Cardener, documentado por primera vez a principios del siglo XI (1010), formó parte de los castillos de frontera cristianos de la Marca Hispánica con los territorios musulmanes de al-Ándalus. Se encontraba situado cerca del río Cardener, uno de los que marcaron la frontera cristiana en los inicios de la creación de la Marca, sobre un cerro en el límite de la comarca leridana del Solsonès con la del Bages barcelonés.

Muy próximo a él, a apenas unos kilómetros, se encuentra el castillo de Cardona, una de las fortalezas más poderosas de la historia de Cataluña, emplazado en primera línea de frontera con tierras andalusíes de la Marca Superior a finales del siglo IX, y parte del X.

Fue propiedad de los vizcondes de Cardona.

Descripción

Se conservan fragmentos de muros, algunos de ellos de complicada interpretación, mezclados con restos de construcciones de época posterior. Se conservan las ruinas de la que debió ser la gran torre cuadrada en la que se abría el acceso, aún apreciable. También las ruinas de la iglesia de Sant Serni o Sadurní, que sin duda fue castrense y reforzaba el recinto de la fortaleza, de una sola nave, planta rectangular y deplorable estado en la actualidad.

Estado de conservación

Se encuentra en estado de ruina progresiva. Mucha vegetación en el recinto.

Protección

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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