Construido a finales del siglo XIV o principios del XV, después de que Enrique III concediera a La Adrada el rango de Villa, independizándola así de la ciudad de Ávila, el castillo ocupaba una posición estratégica en la ruta entre Toledo y Castilla la Vieja, siendo testigo en el siglo XV de varias luchas por su control entre los Villena y los Pimentel y Mendoza.
El Castillo de La Adrada se levanta sobre el cerro desde el que nace la localidad del mismo nombre, provincia de Ávila. Desde este se divisa toda la villa y una gran extensión de terreno, por la que pasaba una importante vía de comunicación, esto unido a la cercanía de un río y a lugares donde la caza, según relatos de la época, era abundante, convierte sus localización en un lugar estratégico. Se accede a la localidad de La Adrada a través de la C-501, que es prolongación de la M-501.
El castillo de La Adrada fue construido a finales del siglo XIV o principios del XV, una vez que Enrique III concedió a La Adrada el rango de Villa, independizándola de la ciudad de Ávila. En esta época la villa conoció un importante apogeo, relacionado con las monterías, cacerías y ocio de la aristocracia.
Aquí tuvo lugar el romance entre el rey Alfonso VI y Zaida, la hija política de Al-Mutamid de Sevilla.
La villa cayó en desgracia al tomar partido por los Infantes de Aragón en contra de Juan II, y el Condestable fue desposeído de todos sus cargos y propiedades, pasando a manos de don Álvaro de Luna, y posteriormente al Marqués de Villena y a Don Beltrán de la Cueva y sus descendientes.
El castillo ocupaba una posición estratégica en la ruta entre Toledo y Castilla la Vieja, siendo testigo en el siglo XV de varias luchas por su control entre los Villena y los Pimentel y Mendoza.
En el siglo XVII pasó a la casa de Montijo, en el XIX enlazó con la de Alba, y a lo largo del siglo XX fue vendido en varias ocasiones.
Revuelta Carbaja, en su libro Castillos y señores. El Valle del Tiétar en el siglo XV, defiende que la construcción del recinto fortificado en mampostería granítica combinada con ladrillo obedeció al deseo expreso de don Álvaro de Luna, reaprovechando una estructura templaría preexistente datable entre 1212-1250 y anteriores restos fortificados de época de Ruy López Dávalos (primer cuarto del siglo XV).
El castillo estaba dotado de exenciones, tenía un mercado semanal y otro anual.
El castillo de La Adrada fue construido en el siglo XIV sobre una iglesia gótica de 1250, de la que sólo queda el ábside, el arco del triunfo, las columnas y parte de sus muros, modificados de su forma original para fortificarlos y almenarlos. Sobre los muros originales de la iglesia solo quedan dos ventanas. El arco triunfal es apuntado y está formado por dovelas de sillería. Al ábside se le superpuso una torre siguiendo la forma semicircular peraltada entre los siglos XV y XVI, con troneras-buzón, todo ello con marcas de cantería, forma la parte principal de la fortificación. La nave lateral sur fue separada de la iglesia e incluida en el palacio en las reformas del siglo XVI. La nave norte fue dividida y se creó un nuevo corredor sobre la iglesia, del que se puede ver todavía su división y dos troneras. En 1309 se adosó una torre-campanario cuadrada, que posteriormente desapareció, aunque aún se puede apreciar la base de la misma y el inicio de su escalera de caracol.
Rodeando la planta principal del edificio, y aprovechando las rocas del terreno, se levantó la muralla de sillarejo, posiblemente en las reformas del siglo XVI. La entrada al recinto fortificado se encuentra protegida por dos cubos circulares con troneras de ojo de cerradura invertida, que franquean una gran puerta de madera maciza reforzada con una tranca, de la que todavía hoy se pueden ver los huecos para su sujeción, rematado todo ello por un arco rebajado sobre el que hay dos troneras unidas por una bóveda interior y, a su vez, todo ello reforzado por un puente levadizo que salvaba el foso que rodeaba el recinto en su totalidad. Sobre los cubos aparecen dos escudos heráldicos.
Dentro de la muralla, pero fuera de la fortificación, se puede pasear por el recinto que fue utilizado para la realización del mercado y de los torneos de la época y donde se pueden ver actualmente los restos originales del patio renacentista.
Sobre la puerta de acceso a la fortificación se puede ver la barbacana que la defendía. Ya en su interior se puede contemplar el patio renacentista del siglo XVI desde el que se distribuían las dependencias del edificio en dos plantas. En algunas de estas dependencias, como por ejemplo, la que tienen atribuida a las dependencia del Alcaide de la fortificación, todavía hoy perduran restos originales del zócalo de azulejos de los siglos XVI-XVII. No se conserva ningún muebles del castillo, si bien se pueden ver algunos de la época procedentes de otros lugares donados por Caja de Ávila.
Ocupando la parte baja del patio de armas hay un aljibe con boca de ladrillo, y pasadizos con estancias subterráneas de techos abovedados en sillería y vanos adintelados. El brocal del pozo tampoco es del castillo, pertenece al palacio de los Serrano (Ávila).
El castillo fue sometido a reformas en el siglo XVI, convirtiéndolo más en un palacio que en un castillo, pero paradójicamente en este época fue levantada la torre albarrana, en la que se encuentra la cárcel, de planta pentagonal elevada, troneras de palo y orbe para la defensa. La torre del homenaje tiene tres troneras de buzón sin carácter defensivo, sino más bien intimidatorio. Contiene una estela funeraria romana.
En el siglo XV se derrumbó uno de los ocho cubo que reforzaban la muralla, y se construyó un cubo astillero con cuatro troneras de tipo buzón, con derrame hacia el interior para que el cañón no asome al exterior y así el enemigo no sepa si el cañón se encuentra cargado o no.
Para su construcción se empleo roca granítica en mampostería principalmente, aunque también se utilizó sillería y sillarejo. Para la decoración y compartimentación del interior se utilizaron azulejos y ladrillos cocidos, estos últimos también se utilizaron para levantar el palacio, más como elementos decorativos que constructivos, aunque también fueron utilizados en la construcción de la iglesia primitiva.
Es destacable la utilización de algún resto romano para levantar la fortaleza, aunque se descarta la presencia de asentamiento romano bajo los cimientos del recinto, pero no en sus proximidades.
Actualmente se encuentra en buen estado, tras las recientes rehabilitaciones que se han realizado sobre él, finalizadas en el año 2003.
Es propiedad municipal. Actualmente es visitable y en su interior se alberga el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tietar.
El horario de visitas de martes a viernes es de 10:00 a 17:00 horas (la ultima visita es a las 16:00 horas). Los sábados y domingos es de 10:00 a 15:00 horas (la ultima visita es a las 14:00 horas). Los lunes permanece cerrado.
De forma casi continua se expone un audiovisual en el que se detalla la historia de la fortaleza y de su construcción, de una forma muy amena y visual.
El precio de la entrada es de 3€, y 2€ para estudiantes y grupos de más de 25 personas.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Más información sobre Castillo de La Adrada en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
Más información sobre la localidad de Adrada (La) en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
Más información sobre el municipio de Adrada (La) en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
Más información sobre la provincia de Ávila en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
Más información sobre la comunidad de Castilla y León en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
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Fecha de última modificación: 29/06/2024
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