El Castillo de Santa Eulalia se encuentra en la localidad de Santa Eulalia la Mayor, perteneciente al término municipal de Loporzano, provincia de Huesca.
Se puede llegar por un sendero que sale de la parte alta del pueblo y que, en uno 5 a 10 minutos andando, conduce a la fortificación.
Son escasas las referencia documentales existentes sobre este castillo, se supone de origen es musulmán, y que debió formar parte durante siglos de la frontera norte del Islam con el mundo cristiano europeo. Sancho Ramírez debió conquistar este castillo entre los años 1091 y 1095, en su camino hacia Huesca.
En 1249 Jaime I lo donó a Ato de Foces, quien apenas dos años después lo intercambiaría con el monasterio de Montearagón por los castillos de Marcén y Las Pedrosas. Hacia el año 1480 su alcaide tuvo que intervenir en un turbio asunto relacionado con el robo de las reliquias de los santos Justo y Pastor. En 1571 pasó a ser propiedad del obispado de Huesca y a comienzos del siglo siguiente la fortaleza ya estaba abandonada y en estado de ruina.
La fortaleza está constituida por un conjunto defensivo complejo formado por varios elementos además de la torre. Contaba al menos con tres fosos tallados en la roca y paralelos entre sí. El foso occidental se une al aljibe, cuyas aguas pluviales procederían tanto del propio foso como de unos canalillos tallados en la roca.
El elemento más representativo del conjunto es la torre, de planta circular y pequeñas dimensiones, con unos 5,7 metros de diámetro, muros de 1,90 metros de grosor y una altura indeterminada que superaría los 10 metros.
Esta torre constituye un caso único en la región, pues en lugar de parecerse a las impresionantes torres románicas lombardas o del área de Ribagorza, presenta más parecido arquitectónico con las torres musulmanas de planta circular de época califal (siglo X) del sur de la provincia de Soria y de La Rioja, o con las torres prerrománicas cristianas del siglo X de Navarra y Cataluña.
La base de la torre es maciza, de dos metros de altura. Sobre ella hay una pequeña sala de unos dos metros de diámetro, y sobre ésta la estancia principal, donde se abre la puerta de acceso, de pequeñas dimensiones y orientada al sur, formada por un arco de medio punto que en tiempos estaría reforzado en su parte superior por una viga de madera (hoy ya no visible). La separación entre la planta principal y la planta baja sería una tarima de madera que haría las veces de suelo y techo respectivamente.
Probablemente, la parte superior de la torre tuviera un cadalso corrido de madera a modo de balconada (desde el que hostigar a los asaltantes), a juzgar por la alineación de mechinales exteriores, situados a unos 8 metros de altura, que podía verse antes de la reciente restauración, y que fue erróneamente eliminada durante ésta. La torre estaría coronada posiblemente por un tejado de madera.
Además de la torre quedan en pié algunos muros de mampostería.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 31/03/2019
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