La ciudadela de Felipe II se encuentra en el ángulo suroeste del recinto fortificado de la ciudad de Pamplona, capital provincial y foral de Navarra.
En 1571, casi sesenta años después de la toma de Navarra por Castilla en 1512, Pamplona presenta una única muralla rodeando lo que antaño fueron los tres burgos medievales, con pequeños bastiones defensivos y el castillo de Santiago o de Fernando el Católico adosado en el centro del frente sur. Este conjunto fortificado (casi totalmente desparecido en la actualidad) era a todas luces insuficiente para defender de la artillería moderna una plaza tan estratégicamente importante, por lo que Felipe II plantea la construcción al suroeste de la ciudad (el punto más indefenso y expuesto) de una nueva, mayor y en un principio aislada fortificación: La ciudadela, llamada a convertirse en arquetipo renacentista de construcciones defensivas.
La ciudadela proyectada por Giacomo Palearo, el Fratín, adoptó para su planta un diseño pentagonal, al estilo de las fortalezas de Amberes y Turín. Estaba formada por cinco baluartes defensivos: San Antón, la Victoria, Real de San Felipe, Santa María y Santiago. En su interior contaba con polvorín, cuarteles, almacenes, horno, capilla y otras dependencias (ampliadas o añadidas posteriormente en los siglos XVII a XVIII). Las piedras urilizadas para levantar sus muros se extrajeron de la vieja fortaleza de Fernando el Católico, que fué inutilizada paulatinamente hasta su total desaparición.
En 1648 su estructura principal, inicialmente compuesta por cinco baluartes en los ángulos y fosos, estaba terminada y unida a los muros de la antigua ciudad mediante el frente de San Nicolás hacia el este y el de la Taconera hacia el norte. Parte de los materiales utilizados inicialmente en su construcción procedían del castillo de Fernando el Católico. La Puerta principal de la ciudadela, que data de finales del siglo XVI, se abre en el frente que constituye la gola de la fortificación (actualmente es la que da a la nueva Avenida del Ejército).
Entre 1670 y 1725 se rodeó en sus frentes exteriores de un sistema Vauban de revellines y lunetas (Santa Lucía, Santa Clara, Santa Isabel, Santa Ana y Santa Teresa) con contraguardias y contraescarpas adelantadas, llegando a constituirse sin duda la ciudadela como la mejor fortaleza europea y la ciudad fortificada como una de las mejores plazas fuertes de finales del siglo XVII y principios del XVIII.
A lo largo del siglo XVIII se traslada el Cuerpo de Guardia a la parte superior de la Puerta principal y se realizan una serie de mejoras (en el polvorín, la cantina, la cárcel, los cuarteles...) algunas de éstas llevadas a cabo por los más renombrados ingenieros de la época: en 1720 Ignacio Sala cambia el emplazamiento de la puerta del Socorro, que desde entonces da al exterior a través del revellín de Santa Isabel y la contraguardia de Santa Isabel (el frente que da al oeste entre el baluarte de Santa María y el baluarte de Santiago) y reforma el pabellón de Mixtos o almacén de víveres; y en 1725 Jorge Próspero de Verboom convierte el arsenal de artillería en la Sala de Armas (edificio emblemático de la ciudadela).
En 1889 parte de la ciudadela fue sacrificada para permitir el primer ensanche de Pamplona: se derriban casi por completo el baluarte de San Antón y el baluarte de la Victoria (los primeros que se levantaron en el siglo XVI) y la luneta de Santa Teresa, y se ciegan los fosos que la separaban de la ciudad. Bajo la ciudad del siglo XXI se conservan vestigios de la luneta de Santa Teresa, que defendía la puerta principal, y los cimientos de la luneta Santa Lucía, entre el baluarte de San Antón y el baluarte Real de San Felipe.
El conjunto amurallado de la ciudad de Pamplona (en un cerro rodeado por un seno del río Arga), está conformado por la ciudadela de Felipe II y la Muralla abaluartada que rodeaba todo el casco histórico, constituyendo un ejemplo perfecto de la poliorcética defensiva de los siglos XVII y XVIII.
La ciudadela de Felipe II tiene forma de estrella de cinco puntas, cada una de ellas un baluarte:
Entre los baluartes se levantaron revellines:
Delante de los revellines se levantaron contraguardias:
Dentro de la ciudadela se conservan algunos edificios emblemáticos de la fortificación:
Se encuentra en buen estado de conservación. Fue restaurada en el año 1971 y en 2010/2011 volvió a ser sometida a una restauración a fondo, recuperándose en esta ocasión la perdida luneta o revellín de Santa Lucía.
En 1964 el Ejército cedió la ciudadela, siendo desde entonces propiedad del Ayuntamiento de Pamplona. Todo el recinto de la ciudadela se destina a uso turístico. Los restos del baluarte de San Antón, descubiertos en el subsuelo durante las obras realizadas en un aparcamiento, son actualmente una gran sala de exposiciones del nuevo Palacio de Congresos.
Es de acceso libre.
En 1998 la ciudadela y las murallas de Pamplona fueron declaradas Bien de Interés Cultural.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 14/06/2020
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