El Castillo de Fernán Núñez se encuentra en pleno casco histórico de la localidad del mismo nombre, provincia de Córdoba, formando parte, sus escasos restos, del palacio de Fernán Núñez. En la Plaza de Armas, dentro del patio de las Caballerizas del Palacio, al que se accede desde la propia Plaza, atravesando una verja. Se puede observar la torre de la Iglesia desde la propia Plaza de la Iglesia en la calle La Feria.
En la época romana, el fundador de la torre maciza del Palacio Ducal probablemente fue Casio Longino. Formaba parte del entramado defensivo que tenía el término de Ulia. Tras ellos, lo más notable fue la ocupación árabe barajándose como más probable el nombre de Torre o Castillo de Habenhana, si hacemos omisión de la H inicial vemos como se repite un hecho frecuente en la toponimia de este término municipal: Aben – Hana coincide con otros términos como Aben – Caez, Aben - Hance, probablemente la palabra Aben derive del vocablo árabe Ibn que significa hijo y el resto del nombre correspondería a los nombres propios de los distintos cabecillas árabes o mozárabes que dominaban este término y cuyos descendientes habitaban estas tierras.
Con la conquista de Fernando III de Córdoba en el año 1240, tres torres que defendían la entrada a la capital de la campiña cordobesa, y crear así un círculo de defensa en torno a Córdoba, son conquistadas por capitanes de las tropas cristianas; una, la que da nombre al pueblo actual, fue batida por Fernán Núñez de Témez (Torre de Habenhana) la de Abencaez por Pedro Díaz de Haro; y la de la Atalaya (se desconoce su nombre árabe) por Fernán Núñez de Haza. Tres casas ilustres vinculadas definitivamente a esta villa y enlazadas entre sí al señorío de Fernán-Núñez.
El castillo de Fernán-Núñez fue el primer solar de la Casa de Córdoba al ser residencia de doña Ora de Córdoba y de su esposo el conquistador de la fortaleza don Fernán-Núñez de Témez, a cuyas expensas amplió con torres y murallas la primitiva torre maciza que había conquistado en 1236 y que fue concedida en el repartimiento, por Fernando III, en 1241. Como se ha dicho anteriormente era el primer solar de la Casa de Córdoba luego sus magnitudes debían de ser considerables por lo que se acepta la posibilidad de que sus murallas y torres englobasen la totalidad de la zona que va desde la actual Plaza de Armas y Palacio Ducal hasta los alrededores de la Iglesia de Santa Marina. Hay que tener en cuenta que castillos y recintos amurallados como el de Castro no pudieron hacer frente a los ataques árabes y sin embargo el de Fernán – Núñez si, y es más, tenía cabida para la población vecina de Aben – Caez, como se explica más adelante.
La fundación del pueblo en el lugar actual se debe a don Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo, casado con doña Inés Alfonso de Montemayor, que en 1385 obtiene el traslado de la iglesia de Aben Caez a las inmediaciones de su castillo de Fernán-Núñez para proteger sus enseres y a los habitantes de las incursiones musulmanas. La primitiva iglesia se construyó anexa a la fortaleza de Fernán-Núñez: parece ser que era de pequeñas proporciones, 3 naves separadas por arcos. Sólo queda una torre de la fortaleza que fue convertida en campanario y que aún conserva su primitiva estructura. En su interior quedan los nervios de una bóveda gótica y la escalera de caracol. En el exterior se conservan los restos de una inscripción en caracteres epigráficos góticos y unos elementos decorativos basados en bolas y resto de las almenas, a la que añadieron posteriormente un segundo cuerpo con cúpula en cuyo interior van las campanas, en la parte superior. En la parte inferior unas inscripciones formando una cruz, sobre cuestiones hereditarias de los señores del municipio.
Se cree que dicho castillo fue sitiado en 1288 por las tropas del rey Sancho IV, debido a las alianzas con los Haro de Vizcaya y, por tanto, rebeldes al rey. Fue sitiado por las huestes de Muhammad V de Granada, y aunque la fortaleza resistió al asedio. No ocurrió lo mismo con el poblado de Abencaez, cuyos habitantes fueron matados o sometidos a cautiverio.
La facultad de la Casa de Fernán-Núñez para levantar armas y alimentar tropa, que caracteriza su blasón, hizo posible que de dicha fortaleza salieran guerreros para combatir en Flandes, en Nápoles, en Lepanto o en Granada y conseguir triunfos destacados. Uno de los Condes, el IX Señor, don Fernando Gutiérrez de los Ríos, envió tropas a los Reyes Católicos en 1488 para la conquista de Granada; acontecimiento que fue agradecido por la Reina Isabel mediante una carta que se conserva en el archivo:
El REY e la REYNA. Fernando de los Ríos, nuestro vasallo, ya sabéis que por lo que, a Dios ya gracias, se ha ganado de tierras a los moros; lo que queda por ganar son cosas tan principales que para las conquistas se requiere más gente de cavallo e de a pie que ser pueda, para el Verano venidero e mandamos desde agora apercibir toda la gente que para ello se ha de ayuntar; e queremos que vos nos enviéis, con una persona de recaudo diez lanças, las quales estén prestas, e muy ciertas, para que sean en el lugar e dia que a vos escribiemos, que Nos mande pagar el sueldo que la dicha gente hoviere de aver, de todo el tiempo que estoviere a Nuestro servicio e pues vedes quanto es servicio de Dios, vos rogamos, que en ello no aye falta alguna, según de vos tenemos confiança, en lo qual, mucho plazer e servicio Nos fareis. De la Villa de Valladolid, a tres días del mes de Octubre de 88 años. YO EL REY, YO LA REYNA.
Fue lugar de residencia durante largos periodos de muchos de los señores de la Casa Condal-Ducal, e incluso destino final y última morada en su iglesia de Santa Marina.
En 1657, el almirante inglés Robert Blake, intentó el desembarco y saqueo de los barcos y población gaditana, como había realizado poco antes en Málaga, hecho que no consiguió gracias al decidido empeño del gobernador de Sanlúcar de Barrameda y principal jefe de galeras de la costa andaluza, don Diego Gutiérrez de los Ríos y Guzmán, II Conde de Fernán-Núñez, que no sólo impidió el desembarco sino que los siguió y dio alcance cuando ya habían abordado a una flotilla de galeones procedentes de América. Tras la contienda no sólo se salvó el cargamento de los galeones sino que se infringió una importante derrota y apresamiento del enemigo, e incluso Blake falleció antes de llegar a Inglaterra. Un cañón y ocho bombardas fueron el trofeo que de aquel singular acontecimiento quedaron como recuerdo en una de las dependencias del castillo de Fernán-Núñez durante 125 años y luego empotrados sobre la torre desmochada y bajo el segundo cuerpo, sobresaliendo airosos tras la edificación del palacio por don Carlos José, biznieto del bravo vencedor de Blake.
El terremoto de 1755 castigó severamente al castillo, dejándolo casi inservible, y desde 1783 a 1787, el VI Conde, don Calos José Gutiérrez de los Ríos, XXI señor de la villa, transformó el viejo castillo derruido, al que prácticamente demolió, por una nueva edificación, un palacio más acorde con los tiempos que corrían, salvo la torre desmochada, de época romana, con sus cañones y bombardas empotradas Este VI Conde fue arquitecto en sus ratos libres y planeó el palacio de Fernán-Núñez, embajador, primero en Portugal y luego en Francia, y biógrafo de Carlos III; fue testigo de la Revolución francesa y gran viajero por Europa.
En 1787 Goya pintó a los condes, viéndose en el fondo del lienzo el palacio y la iglesia de Santa Marina. El palacio ducal ha sido desde entonces testigo de importantes acontecimientos artísticos y social.
De la torre de Fernán Núñez solo queda la parte del cuerpo inferior, englobada en una de las torres del palacio. Su lado visible mide unos ocho metros aproximadamente y el material coincide con el de la torre – campanario de la Iglesia siendo grandes sillares de caliza. Las dimensiones de esta torre son de unos 7 metros de lado siendo un cubo, que solo muestra su cara este, pues se encuentra englobada en la actual parroquia. Destacar la inscripción en la torre de Fernán Núñez (transcritas al castellano moderno, pues están en el castellano antiguo), y que sería posiblemente colocada con las obras de la construcción del Palacio: Torre y Armas de D. Fernán Núñez de Témez primer solar de la gran casa de Córdoba en este Reino y de la de los Ríos después e inmediatamente por legitimas sucesiones.
El lugar que ocupaba el castillo estaría en medio de la ladera norte sobre la que se asienta el pueblo de Fernán – Núñez. Con la construcción del Parque del Llano de las Fuentes y el Recinto Ferial se cambió totalmente. Este lugar era muy accidentado en la zona donde se sitúan dichos recintos, regada su margen suroeste por el Arroyo Hondo que en épocas medievales debía de contar con un buen caudal de tal manera que le daba gran seguridad a esa zona del castillo y hacía honor a su nombre.
El blasón de los Gutiérrez de los Ríos expuesto en la fachada principal y en la capilla aneja al palacio tiene, en faja, dos ríos azules en campo de oro y una orla con cinco cabezas de sierpe, de sinople, con las lenguas fuera y los cuellos sangrantes. Como representantes de la Casa de Córdoba, tres fajas de gules en campo de oro. La representación de la Casa de Zapata queda expresada con cinco zapatas de sable sobre campo de plata y, en orla, ocho escudetes bandeados.
Sólo quedan algunos restos de una torre, pero englobados en el palacio construido posteriormente. El palacio consta de dos plantas. En la planta baja se encuentran los archivos, sala de juntas, cocina, comedores y dependencias para la servidumbre. La planta alta a la que se accede por una escalinata blanca jaspeada que estaba decorada con bustos de origen romano contiene salas espaciosas destinadas a mansión señorial. Tras la edificación se encuentra un jardín divido en tres terrazas con fuentes en cada una de ellas que se abastecen del agua que conduce una vieja conducción de origen romano. En el caso de la iglesia ocurre igual. La torre se encuentra formando parte de esta parroquia barroca que sustituye a la primitiva románica demolida en 1724.
Actualmente es propiedad del municipio y está a la espera de ser restaurado.
No se puede visitar, solo exteriormente y por las noches de verano se puede visitar su jardín neoclásico situado en la parte posterior.
Declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico, por Real Decreto de fecha 13-07-1983 (BOE 19-09-1983).
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Más información sobre Palacio Ducal de Fernán Núñez en Monumentalnet (www.monumentalnet.org).
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CastillosNet agradece la colaboración de Diego Cardador González
Fecha de última modificación: 18/08/2022
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