Tejada la Vieja en Escacena del Campo, Huelva

Situación

La ciudad amurallada de Tejada la Vieja se encuentra situada en un cerro amesetado, con una estratégica posición entre la campiña onubense y la sierra, en conexión directa con una amplia zona minera donde se encuentra, entre otros, el importante centro de producción de Aznalcóllar, en el término municipal de Escacena del Campo, provincia de Huelva.

Historia

Según los datos más recientes, el lugar estuvo ocupado entre los siglos VIII a.C. y IV a.C., y su ubicación corresponde a su vinculación con el ámbito de la producción y distribución del mineral de la zona. Para algunos investigadores, el despoblamiento del asentamiento debió estar motivado por la crisis minera de la zona y los cambios económicos asociados. Para otros investigadores, en cambio, el asentamiento debió estar más relacionado con Aznalcóllar y el control del camino de Riotinto y sus minas.

La ciudad estuvo amurallada desde el primer momento. Su construcción se data entre finales del siglo VIII y finales del VII a.C., coincidiendo con la primera fase de ocupación del lugar.

Para la realización de la muralla se aprovechó la topografía del terreno, adaptándose a la pendiente del cerro y utilizando mampuestos de calizas colocados en seco, sin ningún tipo de argamasa. La estructura estaba formada por un doble paramento con un relleno interior de cascotes y tierra fundamentalmente, dispuesto en talud y reforzado con contrafuertes. Los más antiguos son de planta circular y se realizan con la misma técnica constructiva y material que la muralla, mientras que a finales del siglo VI a.C. se añaden otros contrafuertes de planta cuadrangular, hechos de pizarras y con una técnica más cuidada. También en este momento se construye un nuevo lienzo que puede ser uno de los mejores ejemplos de las remodelaciones y cambios del asentamiento en este período.

Las viviendas eran de planta rectangular, con paredes de tapial y adobe sobre una base de piedra, y pavimentos de arcilla apisonada o de pequeñas lajas de pizarra. Este tipo de viviendas se relaciona directamente con los contactos de la población autóctona con los fenicios.

También se han encontrado edificios de mayor envergadura, también de planta rectangular, considerados edificios públicos, espacios públicos para la producción de pan, o la fabricación de textiles, etc. También se han encontrado espacios destinados a la la actividad minero-metalúrgica.

En la última fase de ocupación (desde finales del siglo VI a.C. hasta el momento de su abandono total) la trama urbana se organizaba en manzanas y calles, bien distribuidas y organizadas, si bien el interior de las manzanas no dispone de la misma estructuración, puesto que las nuevas estructuras se van adosando con forma de "L" a las más antiguas. Estos estudios aportan una valiosa información para el período tartésico y turdetano.

Protección

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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