La Torre de Barcas, de Bareas o del Moro se encuentra en el término municipal de Priego de Córdoba, provincia de Córdoba.
Según A. Arjona, la Torre de Barcas fue construida en el siglo XV y controlaba un importante vado sobre el río Zagrilla. Pudiera tratarse incluso del castillo que aparece en algunas fuentes escritas musulmanas con el nombre de Isbarragira o Asbarragayra. En cualquier caso, esta es la única fortaleza visible por el entorno que verdaderamente haga honor a su condición de "castillo" por el recinto fortificado que la rodea más que la torre en sí, ya que ésta es posterior y edificada al parecer sobre ese recinto. No obstante, también es posible que esa identificación no sea apropiada, pues la palabra Asbarragayra se puede traducir por "campo abundante de espárragos", lo que es aplicable a muchas zonas geográficas. Haría falta una investigación más profunda para resolver esta cuestión, pues, como hace ver V. Martínez Enamorado, la simple equivalencia toponímica no debe ser motivo para la identificación.
Respecto a la torre propiamente dicha, a partir del siglo XV los documentos reflejan la agregación a la tenencia de Priego de una fortaleza llamada Barcas, situada en las proximidades de esta villa y que a todos los efectos dependía de ella, permaneciendo al cuidado una guarnición militar. Para su abastecimiento se le otorgaba a este señor una cifra aproximada de 44 cahíces de trigo y 5 de cebada, que sumaban a la paga alimenticia de Priego. Igualmente a la dotación económica de la fortificación, el mismo autor se refiere afirmando que a la paga de Priego había que sumar la paga de los 30 vecinos del castillo de Barcas, que consistía en 5.500 maravedíes y 60 cahíces de trigo. En el año 1453 la cantidad de maravedíes que recibió Pedro Fernández de Córdoba para la paga, tenencia y "lleva" de pan para Priego y Barcas era de 75.180.
La Torre de Barcas se alza en un cerro poco prominente de unos 490 metros de altitud. Desde ella sólo se divisan las torres del Espartal a 225º y la de Fuente Alhama a 350º, sin embargo, su campo de visibilidad es suficiente para ejercer su papel de defensa del fértil valle medio del Salado en su confluencia con el río Zagrilla, vía natural de acceso a la comarca de Priego desde el norte y Alcaudete, pues el actual paso o desfiladero de Las Angosturas que permite comunicar esas dos poblaciones fue abierto en el siglo XX. Esta torre ejercería, así, una función de vigilancia del viejo camino de Priego de Córdoba y de sus contactos con otras áreas a través de todas esas torres.
Es una torre que aparece asentada sobre la cota más alta de la pequeña meseta de forma ovalada de un disimulado pero estratégico cerro que vigila y controla el viejo camino de penetración desde las Sierras Subbéticas de la comarca de Priego de Córdoba a las tierras de la campiña cordobesa, siguiendo el fértil valle del río Salado, preñado de ricas huertas y campos de frutales. Bellísimo paisaje de quebradas colinas, barrancos, montañas, desfiladeros, cabezos y tells coronados de antiquísimos hábitat y de torres medievales guardianes de pasos y defensores de campos de cultivo, sustento de sus pobladores tales como el Cerro de la Cruz, las Cabezas de Fuente Tójar, la Torre del Esparragal, las Tres Torres, las Cabezas del Camino del Tarajal, Torre de Fuente Alhama, Torre del Morchón, los Castillejos, y tras vadear el Salado penetrar en los campos de Luque y Baena por las ciudades íbero-romanas de Almanzora y El Salobrar.
La torre es de forma prismática, de una gran belleza y elegancia, magníficamente construida, con una altura de unos 16 metros, presentando 8,2 de longitud en los lados que miran al este y oeste, y 8,4 en los lados norte y sur. Está levantada sobre tres plataformas que, a modo de podio escalonado, sobresalen del perfil de la torre en unos 10 centímetros cada una (excepto la primera, que sólo sobresale 5 centímetros), midiendo estos escalones 15 centímetros de altura cada uno.
Toda la torre está construida con aparejo regular de sillares de piedra caliza de forma prismática, bien tallados, encontrándose reforzando las esquinas los de mayor tamaño (70 x 30 x 25 centímetros) y los más irregulares en las zonas medias de cada una de las cuatro caras. Al igual que en el muro de la fortificación, aquí también, en las cuatro caras de la torre, podemos apreciar la existencia de cemento de revestimiento irregularmente distribuido por la superficie.
La torre presenta una abertura o ventana en cada una de las cuatro caras; las que miran al norte y al sur están abiertas a una misma altura, a unos 9 metros, mientras que las que vigilan al este y al oeste la impresionante mole de la Sierra Alcaide por un lado y por el otro el curso del Salado, respectivamente, están igualmente a una misma altura pero algo más altas que las anteriores, de unos 9,5 a 10 metros. Todas ellas vienen a tener unas mismas dimensiones, 1 x 1,2 metros, y un arco carpanel, sin embargo, la de la fachada norte posee en la actualidad el vano cerrado en parte con obra de tapial, posiblemente realizada recientemente. Además, la pared de la torre que mira a poniente (Sierra Alcaide) presenta otra ventana de mayores dimensiones, 1 x 2 metros, que las anteriores descritas y con arcos escarzanos, practicadas en tan sólo 3 metros de distancia del suelo y desplazadas hacia la esquina noroeste de la que se separa algo más de 2 metros. La puerta de entrada a la torre está abierta en la cara norte, presentando un vano de 1,2 x 3,2 metros con arco ojival.
Un dato curioso y digno de destacar por su carácter excepcional en esta torre es la existencia de dos escudos o blasones en relieve con el mismo motivo pero desigual tamaño: uno, más pequeño, aparece centrado en la fachada norte a poco más de 12 metros del suelo y de unas dimensiones aproximadas de 60 x 45 centímetros; mientras que el segundo, igualmente centrado, aunque en la pared oeste, se encuentra a unos 13 metros del suelo, siendo de un tamaño algo mayor que el anterior. El motivo de ambos escudos, fabricados en piedra caliza, se reduce a tres bandas horizontales sobre un campo de forma triangular con los bordes curvilíneos.
En la zona superior de cada una de las cuatro caras se abren tres grupos de tres desagües cada uno para la evacuación de las aguas pluviales, construidos de elementos de piedra sustentados por ménsulas con motivos o piezas reaprovechadas de otras construcciones, como pequeñas columnas, volutas y algún velado atlante.
El interior, con paredes de ladrillo y revestimiento de estuco en algunas zonas, consiste en una pequeña habitación cuadrangular de 11 metros cuadrados, que en época cristiana debió de servir de titulis, con un reducido septum, de algo más de 2 metros cuadrados, al fondo, decorados los arcos de pintura roja y el resto hasta el suelo de blanco, todo muy descuidado, sucio y abandonado, al parecer sirvió esta torre en época reciente de palomar y almacén de aperos de labranza. Se cubre esta planta baja de una cúpula construida de ladrillo por aproximación de hiladas sustentada por cuatro pechinas (la del ángulo Sureste destruida) para dar acceso mediante una escalera a un piso superior igualmente cubierto por otra cúpula y respectivas pechinas, de las mismas características que las de la planta baja.
Por todo esto esta torre, pese a ser una excepción entre todo el conjunto de las restantes que la circundan, se podría incluir en el grupo de las torres de forma prismática como la Torre de la Plata y la Torre Morana; en especial con esta última la similitud es más próxima, ya que presentan el mayor número de características y elementos comunes: aparejo regular, puerta de entrada con arco ojival, cúpulas de ladrillo por aproximación de hiladas entre otras.
Toda la zona sur, la más amplia de la pequeña meseta, aparece fortificada por una línea de murallas que envuelve, rodea y defiende a la torre. La esquina sureste de esta fortificación forma un importante bastión de algo más de 22 metros cuadrados y con tajos de más de 20 metros de roca natural que derraman al río Salado y a la carretera y camino viejo de Luque a Priego por Fuente Alhama. El aparejo de la fortificación, en casi toda su extensión, es de sillares regularmente labrados y de un tamaño medio de 40 x 25 x 25 centímetros, revestidos de argamasa o cemento de una cierta dureza. El perfil del muro E de la fortificación está levantado por un imperceptible escalonamiento compuesto de tres peldaños de pocos centímetros de saliente de uno a otro. Toda la superficie fortificada es de unos 240 metros cuadrados.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 21/11/2005
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