Torre de los Andrade en Vilalba, Lugo

Situación

Esta imponente fortificación se encuentra en la localidad de Vilalba en la provincia de Lugo, cerca de la capital. Vilalba es la capital de Tierra Llana que, como su nombre indica, es la zona más plana de toda la provincia.

Historia

La historia de esta zona gallega se caracteriza por diversas etapas históricas, como la invasión sueca, la conquista visigoda o la entrada de los bereberes en el siglo VIII. La actual Vilalba, en Lugo, fue conocida a lo largo de los tiempos con los nombres de Villa de Alba, Villa Álvaro, Santa María de Montenegro y, ya en el siglo XV, por Villalba de Montenegro.

El mayor poderío de la ciudad fue alcanzado durante el mandato de Fernán Pérez de Andrade, «o Boo», quien recibió del rey Pedro I diversas donaciones. Entre ellas se encuentra la de Vinalba, concedida en Monviedro el 1 de mayo de 1364.

Se desconocen los motivos por los que se pasó Fernán a la causa de Enrique de Trastamara, y con ocasión de la huida de éste de las tropas de Pedro, le facilitó un navío. En él zarpó Enrique con destino a La Rochele, en compañía del de Andrade. Viéndole partir, el padre de este último le dijo a Fernán: «Se boo, que boo compañeiro levas». Y de ahí arranca el sobrenombre con el que le conoce la historia.

Fiel a su apodo, fue Fernán Pérez un buen señor, a quien se le deben grandes obras de utilídad pública. Entre ellas la reedificación del convento de San Francisco, en Betanzos. Falleció el noble en Pontedeume a finales del siglo XIV, siendo trasladadas sus cenizas al citado convento, donde reposan.

Le sucedió Nuño, quien con su trato duro y sangriento provocó el levantamiento de los villanos, a los cuales prontamente se les unieron todos los habitantes de las jurisdicciones de los Andrade. Tras Nuño, Femári Pérez II, que fue confirmado como señor de Villalba por Juan II, según escritura hecha en Valladolid en 1442. Años más tarde, y tras la rebelión de los Irmandiños, Diego de Andrade restaura el castillo de la villa lucense. Después, la nieta de Diego, Teresa de Andrade, contrajo nupcias con Fernán Ruiz de Castro, con lo que se incorporó Villalba, al igual que toda la casa de Andrade, a la de Lemos. Después de tantas guerras y disputas por la posesión del castillo (desde la baja Edad Media), Fernán Ruiz de Castro puso paz, finalmente, en la zona, y tomó el castillo de Villala como residencia.

El título de conde de Villalba fue creado durante el mandato de Fernán II, siendo las armas del condado, en campo de sinople, una banda de oro engolada de dragones del mismo metal y bordura de plata, con la divisa «Ave María gratia plena», y enmarcando el escudo dieciocho banderas, ganadas a los franceses defendiendo a los Reyes Católicos en la batalla de Seníara.

En la antigüedad, parece que no tenía el mismo nombre que presenta en la actualidad, debió llamarse Santa María de Montenegro. Se ubicaba en un altollano que estuvo defendido por una muralla y que, con el paso del tiempo, ha mantenido el topónimo de Puerta de Veiga.

Descripción

Su estructura antigua era poligonal. El recinto en sí estaba rodeado por una barrera que lo envolvía. Hay que señalar la existencia de varias plantas, en una de las cuales hay un puente levadizo que unía un acceso con uno de los torreones.

La torre del homenaje es lo más destacado de este edificio fortaleza. Su estructura es octogonal. Posee una gran altura que le da al edificio un aspecto grandioso y compacto. La torre se remata con almenas que, además de servir de defensa, dan un toque decorativo al edificio.

Materiales de construcción

El material utilizado primordialmente en esta construcción es la pizarra. Sin embargo, también se ha utilizado el granito para las partes decorativas de los muros, como las almenas o las jambas que enmarcan puertas y ventanas.

Estado de conservación

Como la mayoría de esta clase de palacios fortaleza, ha sufrido los avatares de la historia, pero se ha mantenido a lo largo del tiempo desafiante y poderoso.

El castillo de Villalba pasó a ser propiedad particular, y en un principio se pensó en derruirlo para aprovechar sus materiales, lo que afortunadamente se evitó gracias al interés del municipio y de la Comisión de Monumentos, contando con el apoyo del gobernador civil de la provincia. Posteriormente pasó a formar parte de los bienes de la familia Valdesuso, habiendo sido reconstruido y convertido en Parador Nacional de Turismo.

Protección

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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