El castillo palacio de Olite es una de las construcciones más importantes de la zona y una de las joyas de la arquitectura militar navarra, singular por unir elementos militares y residenciales. El recinto se articula en tres núcleos, siendo uno de ellos el actual parador nacional.
El castillo palacio de Olite se encuentra en la localidad del mismo nombre, provincia de Navarra. La villa de Olite, en el centro-sur de la provincia, es de fácil acceso porque se encuentra cerca de la autopista de Navarra. El castillo se localiza entre la carretera de circunvalación, la calle Genaro Ibáñez y la Plaza de Carlos III.
Parece ser que el primitivo castillo de Olite fue levantado sobre una antigua construcción de origen romano del siglo III. Se tiene constancia y pruebas documentales de que los visigodos (Suintila, año 621), posteriormente los primeros Reyes de Navarra (Sancho el Fuerte) y más tarde los denominados Teobaldos (siglos XII y XIII), utilizaron y reconstruyeron el primitivo castillo de Olite, lo que se denomina Palacio Viejo y constituye hoy día el Parador Nacional de Turismo.
En 1350, con Carlos II el Malo, se iniciaron las primeras obras de ampliación con la construcción de la primera capilla de San Jorge, al sur del Palacio Viejo y en la ubicación de las ruinas de la actual, paralelo a la muralla romana y medieval y detrás de la iglesia de Santa María. También es de esa época cuando se empiezan a tener las primeras noticias de la construcción de una gran torre sobre la muralla romano-medieval, más al sur de la mencionada capilla.
A partir de la subida al trono del hijo de Carlos II, comenzaron a realizarse las obras del gran conjunto que conocemos hoy día. Carlos III el Noble, aunque nacido en Nantes (Francia), fue un rey navarro y no francés. Sí que es cierto que procedía de una dinastía muy importante de la nobleza francesa (su tío era el Duque de Berry) y gracias a esa influencia y a las posesiones que heredó de su familia en tierras francesas, pudo desarrollar su capacidad de imaginación y buen gusto en Olite, que se convirtió en su Corte y en su palacio predilecto. Pero, a pesar de lo expuesto, Carlos III era un rey navarro.
Con el Rey Carlos III, las obras de construcción se pararon, y a partir de él sólo se realizaron obras de mantenimiento y conservación, que se prolongaron hasta el año 1808. No en vano, Olite pasó a ser propiedad de la Corona de España y como tal, estaba bajo la tutela de los Reyes de España. Carlos III hizo construir un importante zoológico con animales exóticos, que se hallaba en los desaparecidos Jardines o Huertos del Rey, al este del actual Palacio
Olite se convirtió en la sede de los Virreyes de Navarra, aunque no se tiene constancia que permaneciesen en el palacio de forma prolongada. Felipe II ordenó las obras de mejora en el siglo XVI, que reforzaron la Torre de los Cuatro Vientos y la de las Atalayas.
El castillo palacio de Olite es una de las construcciones más importantes de la zona y una de las joyas de la arquitectura militar navarra, singular por unir elementos militares y residenciales. El recinto se articula en varios núcleos. Uno de ellos es el actual parador que se compone de un recinto rectangular y tres torres. Otra parte es el, mal llamado, palacio de la Reina, que no son sino son las ruinas de la Capilla de San Jorge, del Oratorio del Rey, de las Galerías Alta y Baja de la Capilla y de la base de una torre desmochada, de basamento romano, que servían de comunicación entre el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo. El último núcleo está formado por una serie de cuerpos alrededor de la torre del homenaje que es el lugar en el que se encuentran las dependencias reales.
El denominado Palacio Viejo, el actual Parador de Turismo, es un recinto rectangular articulado alrededor de un patio central con tres torres. También hay una serie de torres en la parte central, destacando la torre de los Cuatro Vientos, desde la que contemplaban los torneos los reyes navarros. En las torres hay que destacar la presencia de almenas, cornisas matacanes y toda una serie de elementos dedicados a la defensa.
La parte más espectacular y grandiosa del Palacio, es el denominado Palacio Nuevo, Reconstruido enteramente por Carlos III, sobre una torre central de menor tamaño y altura que ya debió de ordenar construir su padre Carlos II.
Las estructuras se articulan en torno a un gran torreón macizo, dentro del cual (Grand Torr, según la documentación conservada en los Archivos de Comptos de Navarra), se ubicaban las estancias más lujosas, suntuosas y ricas del Palacio A su alrededor crecieron una serie de dependencias, torres y murallas, en función de las necesidades del Rey, sus ideas, caprichos y recursos económicos.
La mal llamada torre del homenaje, es una reconstrucción arbitraria y muy discutible del siglo XX de la llamada Torre de la Vit (en francés vit, es caracol y ese nombre es así porque dentro de ella se aloja la escalera de caracol que comunica las diferentes estancias de la Gran Torre). Recrecida y aumentada en altura en las mencionadas restauraciones, ofrece una imagen muy diferente a la que tuvo en el siglo XIV-XV.
Bajo la Capilla de San Jorge hay una bodega vacía. En los cercanos pasadizos que recorren gran parte de la población medieval de Olite, algunas bodegas comerciales, las aprovechan para depositar allí las grandes botas de vino, pero la bodega del Palacio no tiene utilidad (el acceso es muy precario, por una escalera muy deteriorada).
Un viajero alemán del siglo XV que recorrió las cortes y palacios de los reyes más famosos de la época escribió en su diario, que se conserva actualmente en el Museo Británico de Londres, la siguiente frase sobre el Olite: El heraldo me hizo ver el palacio, y seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas. Vilo yo entonces bien; no se podría decir ni aún se podría imaginar cuán magnífico y suntuoso es el dicho edificio.
Está construido en piedra labrada de buenos sillares. La piedra se encuentra bien elaborada y perfectamente colocada tanto en las torres como en el resto de las estructuras.
Debido a los sucesivos destrozos que ocasionaron las distintas guerras que tuvieron como escenario esta zona Navarra, el castillo quedó destruido y no fue sino hasta el siglo XX cuando se inició su reconstrucción.
El palacio se encontraba ricamente decorado con azulejos y techos de madera tallada, pero toda esa riqueza decorativa que hicieron de Olite un monumento único en su género, quedó volatilizada el 16 de febrero de 1813 en un pavoroso incendio provocado por el terrible y sanguinario General Espoz, con el pretexto de evitar que los franceses, en su retirada, se hiciesen fuertes en él. Los únicos restos que se pueden observar hoy, son los paneles de yeso decorado que se encuentran en la denominada Cámara de los Yesos.
Las restauraciones del siglo XX de los hermanos Yárnoz, han salvado al conjunto de una ruina patente, pero no han devuelto el esplendor a los diversos aposentos que hoy aparecen desnudos, fríos y sin nada de la fastuosidad que tuvieron antaño.
El estado de conservación del monumento es deficiente, y la parte convertida en Parador Nacional de Turismo, afortunadamente, sólo ocupa el denominado Palacio Viejo.
Es propiedad del Gobierno Foral de Navarra, y se destina a uso turístico y a sede de exposiciones itinerantes.
Puede visitarse. Más información en el teléfono 948 712 434.
Fue declarado Monumento Nacional por Real Orden de 17 de enero de 1925 (Gaceta del 22 de enero de 1925).
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 11/09/2021
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