La muralla de Jaén no circunscribía el perímetro de la ciudad, sino que se extendía por los arrabales a su alrededor, lo que provocaba sucesivas ampliaciones del recinto. El hecho de que en el siglo X su extensión doblara la de la ciudad medieval conocida, da idea del grado de diseminación de la población alrededor del núcleo principal, que se dedicaría a actividades como la agricultura.
La Muralla urbana de Jaén se encuentra en la localidad y capital provincial del mismo nombre.
En 1091 la ciudad estaba dominada por los almorávides y en 1148 pasó a manos de los almohodes. Alfonso VI la asedió entre 1151 y 1152, los almohades en 1162 y Fernando III el Santo en 1225, 1230 y 1246, consiguiendo la ciudad mediante un tratado, ya que nunca fue tomada por asedio.
En el siglo XV la muralla que fue ampliada por Miguel Lucas de Iranzo, comenzaba en la llamada Puerta de Noguera, descendía por los Adarves hasta llegar a la Puerta del Ángel, hoy perfectamente conservada y que da acceso al parque de la Alameda de Capuchinos, continuaba hacia el Portillo de San Jerónimo, donde aparecían dos hermosas torres cuadradas, ascendía por la actual avenida de Granada hasta la Puerta de Barrera, continuando hacia el torreón de San Agustín, lugar donde se cerraba este segundo recinto amurallado que albergaba el arrabal de San Ildefonso.
En las murallas pueden verse distintas etapas en su construcción: bereber, almorávide y cristiana.
La muralla de Jaén no circunscribía el perímetro de la ciudad, sino que se extendía en arrabales a su alrededores, lo que provocaba sucesivas ampliaciones del recinto. El hecho de que en el siglo X su extensión doblara la de la ciudad medieval conocida da idea del grado de diseminación de la población alrededor del núcleo principal, que se dedicaría a actividades como la agricultura.
Las murallas contaban con 10 puertas principales y otras tantas de menor tamaño pero de gran importancia para la población: Puerta Nueva, Portón de La Llana, Puerta de Martos, Puerta del Aceituno, Portillo del Sol, Puerta de Baeza, Portillo Arroyo de San Pedro, Puerta de San Agustín, Portillo de San Bartolomé, Portillo de San Francisco, Puerta de Santa María, Postigo de San Sebastián, Postigo de las Cadenas, Puerta de Granada, Puerta de Noguera, Postigo de Don Diego, Puerta del Ángel o San Miguel, Portillo de San Jerónimo y Puerta Barrera.
Las murallas descienden por la ladera norte del monte Santa Catalina, desapareciendo al llegar al casco urbano a la altura de la carretera de circunvalación. En la carretera de Córdoba hay un tramo de muralla y un torreón. En la calle Carrera de Jesús hay varios torreones cilíndricos, un tramo de muralla y el Torreón de Torralba. La muralla vuelve a aparecer nuevamente en la ladera sur del cerro, forrado de mampuestos. Tras la conquista cristiana el perímetro amurallado se amplió al arrabal de San Ildelfonso.
Se encuentra parcialmente restaurada.
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
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Fecha de última modificación: 24/03/2020
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